viernes, 14 de abril de 2023

Función diaria

 Cuando está sola

habla en voz alta,

y cada rincón cobra vida.

Y le habla a las plantas,

agradece el aroma a sus lilas,

y regaña al limón que se ha escapado de la bolsa,

y a la bombilla que titila.

Si suena el teléfono, 

se disculpa con lo que está haciendo,

no le gustan las llamadas inoportunas,

si acaso alguna visita anunciada.

Y sigue despertando todo lo que le rodea,

también su dolor de cabeza,

Y sueña, 

para no quedarse dormida.

Acaricia la mesa, 

discute con la tablet, 

con las palabras...,

   y con la papelera, 

repleta de lluvia de ideas.

Cuando sale, 

todo queda como en suspenso, 

apagado,

como objetos de atrezo, 

esperando que empiece 

la siguiente función.



Érase una vez

 Érase una vez la era del phono sapiens,  donde las pantallas se comían nuestros ojos y no nos dejaban mirarnos,  ni soñar,  ni habitar per...