Érase una vez la era del phono sapiens,
donde las pantallas se comían nuestros ojos y no nos dejaban mirarnos,
ni soñar,
ni habitar personajes,
y calzar sus zapatos unas cuantas lunas para entendernos.
y donde era imposible tratar con dioses porque nos matábamos por sus símbolos.
Y hasta hubo un exterminio en nombre de una "Tierra prometida".
Fueron tiempos en los que la libertad se reducía a una selección consumista muy salvaje,
y en los que se creó una IA, cuya A suplantó la del Amor y los Afectos y la de nuestra Auténtica vida.
Un mundo enfermo de mentiras, donde los más crónicos te decían qué pensar, cómo vivir y en qué creer,
y en las mesas solo se servía ruido,
y se rompía el silencio de tanto pronunciarlo,
y se cerraban puertas para no ver ni oír lo que quedaba detrás:
montones de escombros llenos de gestos pendientes.
Nunca estuvimos tan solos y, a la vez, tan conectados,
nunca hubo tanta inmediatez y tan poco sosiego, ni tantas metas inútiles.
Y nos perdimos el camino...
y a nosotros mismos.