No los podemos regresar,
arrebatarlos de la muerte, como deseaba el poeta,
ni transformarlos en sonidos musicales,
como soñaba Morricone.
Estoy rodeada y rendida a ejércitos de manzanos, ciruelos, higueras, moreras, almendros, nísperos, olivos y encinas, a los aromas de mis ce...
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