jueves, 11 de mayo de 2023

Madre

 Te mando mi beso de cada día,

las manos siempre frías

que calentabas en tu regazo,

te envío las flores que perfumaban la casa y tu vida,

los crucigramas, 

un libro,

un lienzo,

tu rosario...,

    y te escribo.

Te llevo a mis pretéritos;

    -¿A que no te vas a morir nunca?-

Te sueño en mis recientes,

te recupero en olores y en miradas, en tus ratos tejiendo, 

en cosas y en casa...

  en la familia.

Te susurro una comanda de albóndigas, tortillas,  croquetas y arroz con leche,

y te diluyes en los mejores posos.

Luego duele la vigilia inmediata, 

la realidad que acaricia y golpea

y te devuelve soñada.

      Quisiera atraparlos,

       Madre



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