sábado, 14 de diciembre de 2024

Ojos

Alguna vez retaron al sol y se rindieron a las estrellas.

Han llorado mares de emociones, 

y se han perdido ávidos y curiosos en miles de libros. 

Hablan cuando te miran, 

y aún enfebrecen y se apasionan.

Han sido dos luceros para mi padre,

dos órbitas llenas de luz, 

dos continentes, con una bella, curiosa y, con los años, delicada orografía de cataratas, drusas, cuerpos cristalinos, 

desprendimientos...

Fascinantes y maravillosas ventanas que el tiempo, poco a poco, nos va entornando.




L.C.S

lunes, 2 de diciembre de 2024

El rincón de pensar

 Yo también puse duendes y

hadas con luz en las camas de mis hijas,

 y ajusté sus sabanas cada noche.

 Les dormí con nanas y cuentos, para calmar temores y arropar su fragilidad, protegerlas con la seguridad que da el amor incondicional de los tuyos, tan necesario en la niñez. 

Y siento mucha tristeza y vergüenza por esos otros niños de ojos heridos y asustados,

que seguramente vieron más demonios que ángeles en sus sueños.

Testigos precoces de dolorosas e injustas respuestas.

Sin guardianes ni idealistas Guidos a su lado, que les hagan la vida bella, y resguarden su inocencia del peligro y el horror que les rodea.

Niños de la guerra, 

del maltrato, 

de la calle, 

de balsas ataúdes, 

del bullying, 

de la explotación,

de la pederastia,

de la enfermedad, 

del hambre...

       del olvido.

Invisibles, en un mundo tan indiferente y, a veces, tan criminal con los más vulnerables.

El recurrente rincón de pensar debería estar lleno de adultos.

¿Jugamos?

Una, dos y tres,

al escondite inglés.





Mi amiga

 Tengo una buena amiga, 

una mujer preñada de infancia, 

de una infancia bonita y bien espabilada, cuando llegó la más pequeña y le quitaron galones y mimos y, a la fuerza, creció más independiente.

Por eso le gustaba agradar, ganarse su rincón de afectos.

Era una adolescente ordenada y escéptica, confiada y caótica.

Con un Pepito Grillo siempre en la oreja y la imaginación contratada a tiempo parcial, para con el resto pisar bien la tierra de su juventud.

Una maravillosa y agitada juventud, de canciones protesta, amenazas de bomba y manifestaciones, 

de cine de autor y Antologías rotas...

Ya le importaba el mundo de verdad, y escribía su inquietud.

Mi amiga fue muchas cosas más,  

también madre. 

Y no sé cuando me dejó de lado y le perdí la pista. 

Tiempo después nos reencontramos, por casualidad, en un verso inconcluso. 

La reconocí enseguida...

           y la abracé .




miércoles, 27 de noviembre de 2024

Salvarte

 Madre, hija, amiga, hermana,

cuando te hieren , 

cuando te matan, 

se rompe el universo 

y se nos ahoga el alma.

Y cada lágrima es un mar embravecido,

una marea malva de lucha y resistencia, 

y alguna victoria.

Hay que huir,

del silencio cómplice,

del miedo,

de casas con ventanas ciegas, 

y de acomplejados y peligrosos cobardes que las ocupan y las destruyen.

Hay que trepar esa ola de falsos y violentos amores, 

y denunciar.

Y buscar los trozos, 

y abrazarse entera,

y estrujar esa humedad que pesa tanto,

y salvarte...,

y salvarnos.



 

jueves, 14 de noviembre de 2024

Como los delfines

Duerme como los delfines, 

a medio sueño.

Se desvela a menudo,

porque la noche la divide en dos. 

Una parte es tranquila, blanca y ligera.

La otra se cubre, al acecho de miedos 

y caprichosas taquicardias, dentro de las sábanas y de sus 60 kilos, que pesan más en la oscuridad.

Se abraza a la almohada, y a todo lo que quiere, con el corazón en los ojos, abiertos de par en par,

en este otoño insomne que alarga la nostalgia y engorda la tristeza. 

Le duele el mundo,

y no quiere que la luz la descubra cansada y con desánimo. 

Aún confía en cada amanecer...

y renace




De puntillas

 Dicen que cuánto menos lo piensas, mas bonito es el recuerdo.

Será por eso que le llegaron tantos aquella tarde de gripe y sofá.

Recordó que le gustaba cantar copla, aún sabe de memoria todas las que oía a su madre, mientras andaba en faenas domésticas, 

y bailar de puntillas sobre sus zapatos Gorila, a pesar de las regañinas por el desgaste de las punteras y su habitual afonía por usar mal la voz, le decían. 

Pero sabía que sus padres estaban bien orgullosos, más de su gracia que del talento. 

Y le abrían corrillos y ventanas a esa niña alegre con tanto desparpajo, que imitaba cantantes en el corral de vecinos, con un cepillo como improvisado micrófono. 

A veces, echando los restos en los gestos y movimientos de un gran y sobreactuado Raphael.

Aquella pequeñaja quería ser bailarina, cantante o actriz...

Quería ser artista.

Y allí se quedó para siempre,

de puntillas, 

en sus zapatos Gorila, 

venciendo equilibrios.



Desajustes

 Es muy difícil y arriesgado defender una idea si no tienes idea de quién eres, 

si tus ideas no son tus principios, o crees que tus prejuicios son ideas.

Si no has superado todas tus mierdas, tus traumas, y todos tus desajustes.

Si crees que tener poder es violentar y abusar.

Si no eres un ser asertivo y generoso.

Si te sirves de las personas y las cosificas.

Si eres un ególatra, subestimas al resto y crees que siempre callarán, como lo hacen quienes por defender colegas, grupos, partidos y votos, tapan, excusan o miran para otro lado.

Y ahora, 

a ver cuántas XXL 

desajustadas vamos devolviendo...



    ( Pintura de Paula Fernández)

Ojos

Alguna vez retaron al sol y se rindieron a las estrellas. Han llorado mares de emociones,  y se han perdido ávidos y curiosos en miles de li...