Ya sé que no hay apuestas que valgan cuando no eres tu mejor postor,
si solo eres el proyecto, el fracaso y el éxito de otros;
si no te quieres.
Es un amor de recorrido,
de poco ruido y soledades, a veces acompañadas,
y aprendes que la vida no te resta amores, solo presencias,
que no está afuera lo que tu luz no ilumina,
si no amaneces por dentro y te quedas varado en la noche de los miedos,
si no descubres el filón de todos tus sentidos
y, tal vez, del sentido de todo; que siempre estuvo allí.
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