No es bonito el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos, y debería preocuparnos aún más qué hijos dejamos para mejorarlo.
¿Cómo se aprende y se enseña a mirar, a hablar, a escuchar, a respetar..., a sentir mejor?
Nos cae una lluvia torrencial de información, mientras la nuestra está controlada en una nube.
Si solo denunciamos la desinformación y la mentira de lejos,
aquí nunca pasa nada.
No habrá claridad si nuestras luces largas dejan ciegos por el camino,
si vamos al arrimo de la cordura, arrimando además el ascua a nuestra sardina.
Cordura sin ética es pura insensatez,
prefiero la locura.
Nieva en Abril
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