Nunca se reconoció en aquella armadura que cubría tanto sufrimiento y oprimía su identidad,
no era fácil.
Gestos inoportunos, insultos, golpes y miedos desde que recuerda,
la verdad escondida,
un muro de emociones negadas para tapar la vergüenza y todos los prejuicios colaterales,
...y no pudo más,
se armó de valor,
salió de la fila del "orden natural" y subió hasta una cima, coronada por un espléndido y orgulloso arco iris.
Desde allí, la vista alcanzaba cualquier perspectiva.
Y se lanzó con decisión desde lo más alto, llevándose por delante aquella cruel y gris "normalidad".