sábado, 18 de junio de 2022

Plenilunio

 

Me rindo a Selene en toda su plenitud, 

y me pierdo en su noche,

como si la antesala del sueño fuera lo más parecido a la definitiva y única certeza, 

los puntos suspensivos de todo lo que queda sin desahogar, 

una atmósfera de suaves aullidos llenos de significado, que se diluyen en esa frontera onírica y licántropa, 

donde su luz oculta las estrellas.

Cuando amanece, te roba las revelaciones de Morfeo, olvidadas en un instante,

y retozona, como si nada, celebra los primeros rayos de su hermano, desde lejos.





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