martes, 26 de julio de 2022

Mosaico

 Algo bueno del tiempo para mí es que se va llevando toda la gravedad innecesaria.

Cuando soy la madre hago payasadas como nunca antes me dejaron la responsabilidad y el miedo,

sus risas son el mejor regalo.

Cuando soy la amiga, espero feliz la excusa de nuestros reencuentros, 

y comemos, brindamos, jugamos, nos miramos, nos contamos y nos seguimos las arrugas del alma y la piel.

La amistad es un oasis cada vez más reducido.

Cuando soy la hermana, me gusta quitar hierro y drama a  los bucles, suavizar el dolor o intentarlo, a veces sin resultado, 

les discuto, les regaño, y les quiero, procuro que mi casa sea un nexo para tantos y tan distintos.

Cuando soy la hija solo puedo traerlos de la memoria, y llegan con mi esencia, que es la suya,

su presencia está siempre en mi soledad alegre.

Cuando soy lo que fui,

la mujer que ama con la pasión en la tierra aunque invente la vida, 

la alumna curiosa y obediente, 

la joven rebelde, la feminista, la escéptica, 

la que escribe sobre injusticias y sentimientos, la profe que aprendió enseñando, 

todos los trozos sueltos, que mucha gente conoce y conoció de un mosaico íntimo e inacabado,

todas mis ramas, 

toda yo en este momento,

una paradoja atenta que procura alargar la alegría y arrinconar la tristeza de las tardes...,

y me siento más ligera



jueves, 21 de julio de 2022

Nostalgia

 La vida reparte adioses breves, intermitentes y despedidas que intuyes serán para siempre jamás, 

las que sabes que si alguna vez vuelves, ya nada será igual. 

No se repite lo que llevas en la memoria, aunque a veces la suerte, que muchos llaman destino,  traiga algo perdido que no esperabas: una serendipia. 


Me cuesta volver a la gente y a los sitios que dejé,

con el paso de los años más huérfanos y más desérticos para mí,

quisiera congelar el recuerdo tal como lo despedí,

con aquel sabor que el torbellino de la vida no pudo borrar pero que es irrecuperable.

Es el regreso a Ítaca, al hogar, a tu interior, 

quizás al seno materno,

cuando la tarde tontea con la nostalgia.



lunes, 11 de julio de 2022

Amarillo ocre

 

No se puede volver a alguna parte de donde ya te has ido, aunque estés deseando volver y que vuelvan, encontrar el calor seguro del ayer, 

aunque repitas abrazos y despedidas, solo puedes  regresar pero no volver. 

Y repites paellas y discusiones,  

y entras sigilosa en madrugadas de vigilia para escuchar su respiración, 

ya sabes que se han ido para siempre, y que tus alas fueron las suyas.

Tal vez un día traigan sus tesoros, sus pequeñas réplicas, cada una con vida propia, anticipando de nuevo la irremediable despedida.

Y cuando ya sabes que se van definitivamente, se encoge la vida y la casa se hace enorme,  

y siempre al caer la tarde, queda envuelta en un bello color amarillo ocre, que descoloca mi sonrisa.

Yo también me fui un día





lunes, 4 de julio de 2022

TOC

 Tengo un TOC por el orden y la limpieza que va más allá de lo mío, si me pongo también repasaría lo de los demás. 

Tal vez el caos de mi cabecita ambivalente, que no buscó divanes terapéuticos de sesenta euros la sesión, necesitó siempre exteriores impolutos y equilibrados como playa de referencia. 

Cuando dudas en gastar bien la vida o hipotecarla a un tiempo inventado,

entre perseguir fuegos fatuos, estrellas fugaces, lo inmediato, 

o elegir lo perdurable,

si seguir creyendo en lo que sueñas, aunque a veces ni lo encuentres, 

imaginar otra vez la prístina experiencia que nunca fue.

Y prefieres el sonido de la vida al ruido hueco artificial e innecesario, 

y te quedas con la calma que sigue a tantos fuegos artificiales.


Pero aquí estoy, 

ordenando mis cosas,

pasando el trapo entre la duda y la certeza cartesiana,

y solo encuentro una verdad,

... la inevitable.



Ojos

Alguna vez retaron al sol y se rindieron a las estrellas. Han llorado mares de emociones,  y se han perdido ávidos y curiosos en miles de li...