Sigue siendo la reina.
Ningún equipo, ni compact disc, Mp3, 4, 5... la ha podido sustituir.
Tengo con ella una relación muy especial, desde bien pequeña me conquistó.
Recuerdo días de lluvia, sentada junto a mi madre viéndola coser y escuchando, desde aquella enorme y preciosa Marconi, la canción del ColaCao desayuno y merienda 🎶🎵..., hoy tal vez sin negrito en primera persona,
o aquella locura de serial radiofónico, M.S.L. ( Manicomio Sociedad Limitada), justo antes de comer.
Con 5 o 6 añitos me enseñó coplas difíciles, largas y con palabras, que para entonces ni entendía, y que aún retengo y reproduzco a solas, en brotes de alegría o de tristeza. Siempre tuve un ramalazo muy coplero.
En mi juventud, la cita fiel de media noche con mi loco preferido, desde aquella sensata, filosófica y sosegada colina, que me quitaba horas de sueño...
pero me hacía soñar.
He hecho largos y cortos trayectos en coche y andando, disfrutando de su compañía y de su generoso abanico de posibilidades para según que momento.
Leo y escribo con los clásicos de fondo,
es literatura con música y magia sin fronteras.
Me saluda la primera por las mañanas y me acurruca en mi desvelo,
y me cuenta,
y me enseña,
y me hace reír,
y llorar,
y enfadarme con el mundo...
¡Gracias compañera por encender tantas veces nuestras vidas!