De vez en cuando la vida
queda colgada en el hall de los sueños,
varada en un mar de planes,
escrita en la lista de la compra,
en un diario,
en árboles, en bancos y en muros,
en millones de Whatsapps,
y grabada en graciosos tiktoks,
pendiente de un préstamo,
de reconciliaciones,
de una entrevista,
de viajes y celebraciones...
de nacer.
Una furia sísmica en grado 7'8,
imparable, inevitable,
sin nadie a quien culpar.
¿A qué escala de dolor, de destruccion y de miseria se para una guerra?
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