miércoles, 12 de julio de 2023

Radicales libres

 Prohibido envejecer con alegría,

sin invitar a comer a los gorrones triglicéridos, azúcares y colesterol, 

sin pasear con la pesada osteoporosis, sordera, cataratas y los gemelos ralentizados,

y sin contar con las antipáticas ojeras, manchas y radicales libres, 

  ¡ con quienes antes fueron libres y radicales...!


Prohibido envejecer sin quejarse todo el rato, sin hablar de enfermedad y de muerte, sin hacer lo "recomendable" para el resto más que para tí,

sin disfrazar los surcos de la vida.


Prohibido envejecer con dignidad,

renovarse, cultivar la ironía  y el sentido del humor, 

comprar unos zapatos en vez de un sillón de 24 horas,

o desoir horarios para caminar, escribir y leer poesía.


Prohibido envejecer rebelde, sin dejarte guiar, aunque no quieras, 

sin que te hablen con  diminutivos infantiloides y ñoña condescendencia, des-pa-ci-to, por si no te enteras, o a VOCES,

porque la vejez es una sorda total, una gagá casi invisible.


Prohibido envejecer erguidos, sociables, curiosos y atentos..., apasionados.

Llenos de matices y de carácter, como el buen vino, con reposados aromas y en roble duro, como la vida,

y querer contar cuentos en vez de la cuenta atrás.

     

Y si las fuerzas te acompañan hasta el misterio...,

prohibido gritar toda la soledad que silencias.




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