Aquí vivo,
entre mis dos silencios,
no sé si infinitos,
con mis quereres y desquereres,
más cerca de la llegada,
o de la salida,
según se mire.
El ocaso aún sólo es un bello atardecer.
Mientras tanto,
disfruto lo que se me ofrece
y lo que me lucho,
por si lo pierdo en preámbulos.
Guardo rincones de todos los tamaños,
como una Matrusca.
y protejo la amistad y la familia.
A veces limpio las malas hierbas, para quien venga.
y, tal vez, me sueñe
cuando yo no pueda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario