lunes, 4 de diciembre de 2023

El taller

 Las palabras nos denuncian 

y nos hacen mejores. 

Nos comprometen y nos liberan.

Vienen tristes y se pintan alegres, 

y viceversa.

Habladas, escritas, cantadas, pensadas...,

a veces sobran,

o se quedan cortas, muy cortas.


Auténticas o robadas, 

coloquiales y cultas,

anglosajonas presumidas,

del pasado y del futuro. 

Algunas se irán con nosotros, 

otras quedan atrapadas en libros, 

en canciones y entre  paredes. 

Pocas se lleva el viento. 


Cuidado con las pervertidas, 

las inquisidoras, las tramposas 

y las absurdas,

y con las inoportunas,

las huecas de chichinabo, secuestradas de significante y significado, 

que se cuelan como liberadoras y apocalípticas. 


Me duelen especialmente las olvidadas, las maltratadas, 

las vendidas y las negadas, 

como su propio género gramatical.


Necesitamos un hermoso taller,

donde limpiarlas de malas acepciones e intenciones,  aprehenderlas,

y devolverlas honestas, conciliadoras y sanantes, 

para cambiar el mundo.



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