sábado, 24 de febrero de 2024

La cama abatible

 De pequeña tuvo una cama abatible donde estiraba el alma y se hacía grande.

A veces no la abría y dormía con alguna de sus hermanas o con alguna amiga.

En verano, pies una y cabecera otra.


Compartir amplió su pequeño universo,

Casa para muchos,

coche para todos,

tiempo para cientos, 

y su primera cama grande para dos, y hasta tres, 

si había llantos o pesadillas.


Casi nada solo para ella.


Su mundo ancho y crecido hizo más breves sus sueños.

Demasiado responsable,

demasiado madura.

     

Como tenía que ser.


Y las alas se volvieron de arcilla para abarcar tanto y a todos.


Y en aquel mueble que se cerraba y se abría, tal vez, quedó la niña atrapada.


   Hace poco ha vuelto a recuperarla



.

jueves, 1 de febrero de 2024

Leer

 Leer es volver a casa.

El hogar donde me gusta estar y que siempre me espera.

Aquí viven las palabras, sentidas y consentidas, 

las ilustradas y soñadas en montones de cuentos y libros infantiles sobre mi cama.

Le debo mis escapadas a Fantasía

y mi primera y más sana adicción.

Sentó cátedra en mis emociones, 

y es Doctora en miedos y soledades.

Creativa y crítica contra lo impuesto y contra la idiotez.

           Me volvió rebelde.

Tan enemiga de la impaciencia como de la resignación. 

            Me invitó a pensar. 

Y es madre de la memoria, 

aunque, a veces, intenten ultrajar a sus hijas con significados miserables.

Cuando abres sus puertas te abraza acogedora y generosa,

y te regala parcelas, 

por si también las quieres llenar de palabras.

Un libro que te atrapa es un viaje inimaginable,

un wod mental, el mejor crossfit para fortalecer tus alas...

        y volar.

¿Cómo inculcar este anhelo cuando te quedan más ganas que tiempo para disfrutarla...?



Érase una vez

 Érase una vez la era del phono sapiens,  donde las pantallas se comían nuestros ojos y no nos dejaban mirarnos,  ni soñar,  ni habitar per...