domingo, 3 de marzo de 2024

El arriate

 Tengo un arriate cubierto de flores cíclicas, 

rellenando la ausencia, 

cuando no sabes dónde buscar y crees que el suelo va a hundirse bajo tus pies.

Es como un pequeño ara pagano, rodeado de laureles, 

en honor a ese luego desconocido.

Y preside los más bellos crepúsculos y amaneceres, en un mapa de llanura infinita.


Tiene un centinela árbol del amor,

y al lado un frondoso olivo, para aliñar su fruto en cada temporada.

También hay un banco de piedra por si alguien quiere sentarse en silencio, 

o lanzar un brindis sin vuelta, 

y decir lo que quiera, 

o simplemente que los quiere. 


Mejor recordarlos con el aliento vital que desprende la belleza.

Sin rezos aprendidos,

ni Amenes con tilde y resignación.         

Flores.Huerto.Ara.Olivo.

Laureles.Amanecer...           

Perceptible y reconfortante consuelo,

que hace el dolor habitable, 

cuando no sabes dónde poner lo que sientes,

cuando todo lo que has paseado vuelve a ser sin ellos.


( Del baúl de mis ausencias)




1 comentario:

  1. Me encanta. El lugar es bonito por sí mismo, pero tus palabras realzan su belleza.

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