Los poemas llevan noches desaparecidos.
Tal vez persigan alguna metáfora interesante,
o una hipérbole oportuna
o les cueste madurar,
volar libres y apasionados...
y se escondan.
Quizás la denuncia y el dolor estén devaluados,
y solo venda la alegría,
o, simplemente, desconecten durante algunas lunas,
saturados por sobreexplotación.
Si vuelven...,
ofrezco el corazón
como recompensa.
(Imagen de Google)
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