jueves, 9 de enero de 2025

Romper


Todo es un poco extraño sin su historia,

una historia detenida, que siempre les pertenecerá.

Y cuesta rellenar los huecos que se quedan,

apuntalar lo que se desmorona, 

y poner a funcionar de nuevo tu cuerpo, tus acordes... tu sonrisa.

Porque romper no siempre es romperse, ni olvidarse, aunque duela.

Duele más la transición,

cuando todo sigue, excepto ellos, 

que han dado tantas vueltas juntos,

y conocen cada pliegue de su piel,

y de sus emociones, 

y han crecido,

y se han cuidado...,

y descuidado alguna vez.

Tal vez tendríamos que vivir en soledad para luego compartirnos, 

para recuperar la luz que queda de tu voz, de tus ojos, de tus pasos, de tu yo dividido, antes de entrar en otra piel sin miedo,

y que la ausencia no nos deje vacíos,

ni el desamor nos cause nudos y reproches,

ni queden tantas cosas sin contarse,

ni sobren otras tantas repetidas,

ni haya tanto dolor colateral.

No estamos preparados.






 

Aún no lo sabe

 Está a salvo y aun no lo sabe. 

Ya tiene nombre, pero no se da por aludida.

Le han cortado parte de sus orejas, ulceradas por carcinomas, 

y ha soportado más de un mes atrapada en un collar isabelino, una lenta cicatrización y tremendos picores.

No deja de estar asustada, desconfiada y sorprendida.

No entiende tantos gestos y voces cariñosas, ni el calor y la comida diaria, 

ni que esas noches frías, buscando un sitio donde dormir, se hayan vuelto tan cálidas y suaves.

A veces se acerca poquito a poco para que le acaricie, pero si me remuevo, si hago un ruido imprevisto, se sobresalta y huye a donde no podamos verla.

Pasa casi todo el día escondida, debajo de una mesita, o de la chimenea o de las camas...,

aún no sabe qué es casa, ni cariño incondicional, ni confianza. 

Este año le ha regalado una de sus siete vidas, y un hogar...

pero todavía no lo sabe.



Romper

Todo es un poco extraño sin su historia, una historia detenida, que siempre les pertenecerá. Y cuesta rellenar los huecos que se quedan, ap...