martes, 8 de marzo de 2022

Fuertes y libres

 Las mujeres somos mucho más que cuotas.

No queremos pedestales,
ni que tengáis que recordar una y otra vez, como si fuéramos bobas,
que somos seres con derecho a decidir en libertad.
Cuando se nos vulnera ese derecho, la libertad hiberna y se queda en palabras de un paternalismo condescendiente e interesado.
Por supuesto que no somos perfectas, ni falta que hace, ni nuestra lucha por la igualdad tiene que ver con otorgarnos rangos de santas e intocables, aunque de vez en cuando se recurra y se
recuerde a estupendas heroínas, valientes y generosas abuelas, madres, amigas que lucharon por sus vidas y nuestros derechos en tiempos muy difíciles.
Felicítanos cuando consigamos la igualdad de derechos completamente,
cuando se elimine la brecha salarial.
cuando la historia haga justicia a tantas mujeres anónimas e invisibles,
cuando se luche codo con codo contra la violencia y se denuncie.
No hace falta que nos subliméis, a veces supone una doble lectura peligrosa y de un proteccionismo muy vertical:
"Ellas son víctimas débiles, necesitan nuestra protección". ¡Cuidado cuando esa protección se convierte en un pesado yugo de sumisión!
¡Claro que somos imperfectas! y a veces también irresponsables, y nos equivocamos mucho, como cualquier ser humano.
Una cosa es luchar por nuestros derechos, reivindicar la igualdad, denunciar la injusticia y tanta violencia machista, y otra muy diferente, apoyar todo lo que se decida desde plataformas más políticas que nada.
No me gusta esa apropiación, ni el mercadeo con temas tan importantes.
Como persona, mujer y feminista no pido derechos especiales para nosotras, sino equidad e igualdad de trato ante derechos humanos solapados desde ni se sabe.
Ningún privilegio y ningún control de conciencia, a veces todo esto se convierte en trampas bucles que impiden la igualdad.
Prefiero la sensatez y el sentido común a un resentimiento reaccionario.
Tantos grupos institucionalizados se pueden cargar nuestra capacidad individual de pensar y hablar con plena libertad, no vaya a ser que mi opinión chirríe
Si las mujeres nos empeñamos en que nos presenten siempre como víctimas, poco avanzaremos.
Cuando nos echan órdagos por todos lados, lo mejor sería mantenernos unidas,
que no se apropien de nuestras "buenas o malas decisiones", según para quienes,
y que nadie se apunte tantos políticos ni hashtags
La igualdad no es ningún privilegio.
           


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