Difícil sortear tantas minas,
destruirlas,
para que las flores se extiendan por donde solo hay muerte.
Pasar entre el ruido y los minutos de silencio;
no hay sonidos en esta horrible realidad.
Mientras tanto,
la vida generosa se nos escapa
al final de un oscuro túnel de insensatez.
Está enmarcada justo ahí,
solo por un instante,
una exposición regalada,
palpitante y llena de colores,
ajena a esta insoportable locura,
que solo espera lluvia de agua fina
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