sábado, 30 de octubre de 2021

Lo pagano y lo divino

 Samhain preludia Noviembre,

lo pagano y lo divino,
tiempo de santos y ánimas
y un Tenorio arrepentido.
Itinerarios de tumbas,
panteones y nichos,
¿y dónde llevamos flores a los desaparecidos?...
Oraciones en memoria
de nuestros seres queridos,
y encendidas calabazas
para alumbrar el camino,
... lo pagano y lo divino
Su limpio sol ilumina lienzos ocres y rojizos,
entre encinas y castaños
y en los preñados olivos,
extensos campo morados
y con olor a membrillo.
En alfombras de hojarasca,
pasa recogido,
...y melancólíco,
a calentarse al fuego
de tantos cuentos perdidos.
Corazón sin calendario
recordando lo vivido,
presbicias del otoño
para acercar el olvido.

lunes, 25 de octubre de 2021

Escribir

    No caben océanos y mares en una pecera,

ni bosques y cielos en una jaula,
ni tanto recuerdo en el aquí y ahora.
No hay mindfulness para tanta ansiedad,
ninguna filosofía para la eterna búsqueda,
ni leyes para miles de hipótesis,
No hay.
No cabe tanta vida en unas hojas,
mejor las dejamos caer, como aprendices de otoño.








lunes, 11 de octubre de 2021

Andar

    

Cuando tengo un día contaminado
de color gris casi negro,
me pongo a andar por el campo,
la ciudad, los pasillos... y por las palabras.
A menudo de puntillas, sin hacer ruido, 
para no despertar las más tristes, 
las cómplices del mal humor y de la impaciencia. 
Otras veces voy como elefante en una cacharrería, 
arrasando con ellas la angustia y los miedos del momento.
He repisado y repasado muchos kilómetros terapéuticos, 
sin GPS, sin control de latidos, calorías ni distancias, 
para gestionar mi desánimo, salir de mí misma por un momento, 
dejar de mirarme el ombligo, auyentar demonios 
y volcarlos en hojas y huellas sanadoras.

Regreso agradecida, limpia y con un mapa de bellos relieves.


Micropsia

                                     

     Los ojos de la niñez multiplican los metros cuadrados, la alegría y los afectos.

Grandes e interminables corredores, patios, portales, corrales, cuadras y cuevas donde nunca te encontraban,
grandes los charcos para chapotear katiuskas.
Y las regueras, donde navegaban astillas de barcos abordados después de la lluvia.
Grandes los hombros protectores de mi padre, cada vez que me aupaba sobre ellos, como si conquistara una cima. Grande y firme el paso de mi madre en sus tacones, donde mis pies menudos se perdían.
Grande y larga la mesa en la que siempre había sitio para alguno más y para tantos que se fueron.

Si volvemos ya crecidos a lugares del pasado, todo parece menguado,
y en aquellos enormes rincones de jardines y tierra, de castillos, jinetes y duendes, de escondites y árboles centinelas, en el reino barrio,
hay ventanas y puertas cerradas,
muy pequeñas.
Y no hay niños en la calle,
solo bancos y asfalto, como si los sueños hubieran huido expiando culpas.
Si volvemos grandes y adultos y olvidamos que la vida es una aventura, sufrimos una micropsia,
y el corazón se nos encoge.

Invisibles

¿Quién se atreve a destapar los burkas de la vergüenza ante tan miserable misoginia?

Mujeres sin rostro, sin alas,

lanzad al aire un arsenal de todos los besos reprimidos,

soltad vuestros cabellos atrapados en lunas,

clavad vuestras miradas,

que fulminen tanta ceguera,

lapidad la ignominia y la ignorancia con vuestros versos,

inundad los campos, minados de indiferencia, con vuestros landays.

No dejéis de soñar


Licantropía

    

     
Voy a dedicarte esta noche,
sabes que el día lo tengo reservado,
ahora más que nunca,
pero cuando apareces
se oculta discreto y celoso,
y llego plena de fuerza y vida 
a tu luz inspiradora y a tus auspicios,
que alteran los sentidos
 en una dulce y pacífica licantropía,
y nos traen sueños y deseos 
perdidos en tantos aullidos.
No puedo dejar de mirarte.

(de mi baúl lunático)







Armonía

A veces se establece cierta conexión, un vínculo de complicidad
con algunos seres humanos, que conoces apenas por sus palabras, como si por un momento observáramos la vida desde un mismo mirador,
en una mágica armonía,
como la Luna y las mareas.
Hoy, el mar está tranquilo


Estío

         

 Llega el joven estío

guapo y de piel morena,
fiel pero fugaz,
porque no camina, vuela.
Y te corteja en la noche,
efímera pero intensa,
de inolvidable fragancia
a jazmín y madreselva,
y te enciende el cielo,
para llenarlo de perlas,
y te concede un deseo
si ves llorar una estrella
Summer time
Lola Carrasco
(del baúl de mis veranos)


A cántaros


           

 Hay días en los que el zoom de la imaginación no da para más,

y el tímpano recoge
algún sonido perturbador, como de afilar cuchillos.
Las palabras se escurren vivas y libres, antes de que las aprisione un monólogo en bucle.
¡Menos mal!
Cómo si todo ya estuviera escrito y solo llegara un eco disonante de horribles noticias y peores gestos.
Miraré, como Pedro Páramo, caer las gotas iluminadas por los relámpagos,
¡llueve a cántaros!
Por la noche, si despeja, buscaré polvo sideral,
las estrellas que aún no han caido en el jardín.
Hay días en los que mi vergel se vuelve una triste parcela desnuda sin sueños.
¿¡Cómo provocamos tanta muerte donde solo debería haber vida!?













Ojos

Alguna vez retaron al sol y se rindieron a las estrellas. Han llorado mares de emociones,  y se han perdido ávidos y curiosos en miles de li...