lunes, 28 de febrero de 2022

La soledad alegre

 Soledad, nacida de un amor preñado de soledad compartida en años, días, horas o minutos.

El tiempo que nos da la vida, para vivir el milagro y la despedida.

Mi alegre soledad siempre de amor acompañada, 

de niña feliz, aprendiendo a llenarla de entusiasmo.

Un recinto donde cabe cualquier sentimiento, excepto la tóxica amargura justificada en culpas ajenas.

La vida no tiene víctimas, no se queja, ni da lástima. 

No es cómo te dicen ni te cuentan, no es impostada, ni deja cadáveres; contra la guerra siempre la esperanza.

Es una espléndida mujer que te gesta, te renueva y te llena de emocionante vida despedida.

Se recicla en amor, con mayúsculas, para absorberlo y absolverte.

Una biofilia, llena de sentido y sentimientos, que ya nadie te quita si se empeña,


la madre de la soledad alegre.






   



lunes, 21 de febrero de 2022

Preámbulo


Buscando lazos y desatando nudos,

bautizada en lluvia

y arropada al sol,

mecida en la cuna de los vientos,

despierta en miles de trinos.

Esencia que fluye fugaz pero eterna,

sublime primavera en puertas,

brota la vida


domingo, 20 de febrero de 2022

El éxito

Ya sé que no hay apuestas que valgan cuando no eres tu mejor postor,

si solo eres el proyecto, el fracaso y el éxito de otros;
si no te quieres.
Es un amor de recorrido,

de poco ruido y soledades, a veces acompañadas,

y aprendes que la vida no te resta amores, solo presencias,

que no está afuera lo que tu luz no ilumina,

si no amaneces por dentro y te quedas varado en la noche de los miedos,

si no descubres el filón de todos tus sentidos

y, tal vez, del sentido de todo; que siempre estuvo allí.
Hay más suerte trabajada



 




martes, 15 de febrero de 2022

Amen, sin tide

 


¡Que me perdonen Cupidos y San Valentines!

No quiero aguar la fiesta del Amor a nadie, y menos en estos tiempos tan necesitados de gestos afectivos, 

y de expectativas comerciales para cada día de...

Es verdad que en su nombre se ha creado mucha belleza, 

pero también se han cometido las peores atrocidades.

Puede mover y parar el mundo;

pero en este puerto de mi vida, lo reconozco más en las pequeñas cosas.

No es un contrato indefinido, aunque dure toda la vida, 

ni se arrincona o se exhibe como un trofeo. 

No es amor si se domestica, manipula o ningunea,

si le asfixias o te lo apropias, como si se tratase de una posesión para siempre.

Sus flechas no hieren, orientan, 

y sus lazos no atan rosas por encargo, 

unen flores diferentes en un mismo proyecto de vida.

No se utiliza para tapar nuestra ignorancia emocional,

ni es un mero deseo desbordante y apasionado que urge impaciente y luego ni me acuerdo,

Si le sublimas en poemas y canciones para alimentar egos, 

en vez de cuidarlo y disfrutarlo tal cual es.

No se escurre en roles interesados 

ni te hace sentir inútil.

No se crean conflictos innecesarios en su nombre, 

aunque a veces cueste;

lo reconozco más en treguas y en pactos.

Tampoco se alarga en años de inerte quietud,

y de soledad compartida.

Es difícil definirlo, por eso es el gran sentimiento, 

y sabes cuando lo encuentras;

donde hay amor, su luz lo descubre, aunque a veces surjan apagones.


 ¡Felicidades a quienes disfrutan 

de esa bella claridad!






miércoles, 9 de febrero de 2022

Parar

 Habría que parar tanta traca de testosterona,

que despliega armamentos como si se midieran sus atributos,

llama daños colaterales a las víctimas, favores a los derechos humanos, y viceversa,

detener el esperpento de discursos dementes, que consideran errores,

ni siquiera pecados mortales, los abusos a menores si se cometen en el seno de la iglesia,

sentar en un banco a la sombra a Don dinero, que llama ignorantes a las personas mayores,

obligadas a actualizar sus vidas en Apps virtuales, que les secuestran recibos, documentos,

ahorros y hasta su salud, en horarios y brechas digitales,

desacorazar los corazones para abrazar y contemplar lo que solo coleccionamos en álbumes del

olvido o en tuits y likes,

frenar este kamikaze y egoísta cinismo en alguna meta solidaria,

más que en tanto metaverso.

Parar, para seguir




















































martes, 8 de febrero de 2022

Volver


El regreso de las cigüeñas me devuelve tu despedida,
Sigo atrapada en tus abrazos de menta y tabaco.
Paseo de tu mano y a horcajadas si me llevas a dormir,
y en mis sueños no falta nadie.
Por la mañana te veo frente al espejo de tu habitación,
en unos movimientos graciosos e imposibles que llamabas gimnasia,
y en los elegantes de aquellos tangos milongueros que me quedaron pendientes.
Observo toda la parafernalia de tus afeitados, siempre a brocha,
mientras esperaba mi turno para el baño,
y en noches de exámenes, resolviendo mis dudas semánticas e históricas,
con tu vaso de leche con galletas.
Vamos juntos hasta el autobús que me llevaba cada domingo a mi primer destino laboral;
siempre me acompañabas,
A veces te oigo llamarme "Lolilla", como a mamá en tus poemas,
y como claramente escuché un instante después de marcharte hacia el misterio.
Me regresáis entrelazados en un tango de Gardel; Volver,
como vuelven las cigüeñas



Los padres siempre nos dejan mucho más que las últimas voluntades.
Queda su esencia repartida en cada hijo.
Tal vez para que nos sintamos menos huérfanos.
A mi me tocó mucha de mi padre.
Lo reconozco en mi forma de dudar,
de cuestionar dogmas y verdades universales,
En que, igual que a él, me cuesta pedir favores,
pero no pedir perdón.
En muchas discusiones
era el abogado del diablo, o se ponía del lado del más débil.
A mi me pasa a veces.
No era tajante, ni pretendía ser un padre perfecto,
y eso lo hacía más humano.
Nos dejó algunas de sus fobias e inseguridades,
y su afán guerrero en el trabajo.
Era impecable y valiente en sus litigios.
También escribía,
y lo hacía muy bien.
A mano, tachaba, corregía,
y luego oias el timbre de su Olivetti, y el ruido del carro al desplazarlo de extremo a extremo.
Cuando me dejaba, me gustaba sentarme en el suelo de su despacho y observarlo escribir.
Tal vez, si hubiera tenido tiempo,
habría escrito algo interesante y algún poema más.
los paseos con mi madre,
y bailarse otro tango,
y, como buen valdepeñero, de algún vino que otro,
en petit comité.
Creo que no le gustaría la inmediatez y la prisa de esta sociedad, que ofrece más cosas que afectos.
Echo de menos los suyos.
Los besos repetidos, sonoros y apretados en los carrillos.
Los TBOs y los Pulgarcitos que traía, si algún virus nos dejaba en cama.
Pero sobre todo y siempre ...
su olor a menta y tabaco.

Ojos

Alguna vez retaron al sol y se rindieron a las estrellas. Han llorado mares de emociones,  y se han perdido ávidos y curiosos en miles de li...