No soy fotogénica.
Me cuesta posar si sé que van a captarme en ese instante preciso.
Sorpréndeme si quieres verme
en mi esencia,
...ensimismada.
No me reconozco en impostadas estáticas.
No sé prepararme para mostrar el alma.
No soy fotogénica.
Me cuesta posar si sé que van a captarme en ese instante preciso.
Sorpréndeme si quieres verme
en mi esencia,
...ensimismada.
No me reconozco en impostadas estáticas.
No sé prepararme para mostrar el alma.
Me cuesta hablar de lo que escribo.
Sé que ocurre gracias y a pesar de todo.
Que hay renglones que ya son nada y nadie.
Que voy perdida o bien segura en ese verso.
Y que en el siguiente puede que todo cambie,
o ni siquiera sea.
Que los acabe tu imaginación, si quiere,
o la necesidad los haga interminables.
Hay más soledad en los finales,
abandonados en brazos desconocidos.
Esta noche los mece la luna
Otro verano parapetada en estos metros cuadrados repletos de sanadora naturaleza.
Y los habito en el sentido más extenso de la palabra
Aquí todo es vivible y disfrutable.
Puedo aguantar rayos y truenos y desinflamar los incendios de tanta crispación.
En el portón se tiñen mis grises de colores y no hay más guerras que las de algún gato marcando territorio,
¡Vaya!, siempre los machos...
Los ladridos suenan honestos y llenos de alegría,
y los gritos son de niños jugando en el agua.
Hay explosiones de nísperos, ciruelas y brevas para un regimiento.
Y el único tanque cercano es una cosechadora rezagada.
La parcela está minada de pepinos y tomates morunos.
Y tengo bancos de hierro y piedra para declarar lo que siento o, simplemente, estar en silencio.
En Agosto los misiles son una lluvia de estrellas.
Y en Septiembre las bombas cuelgan en racimos de uva Airén.
Es mi sitio preferido para firmar con el mundo y conmigo misma una hermosa tregua de paz,
y poder seguir
No te habías ido y ya te echaba de menos.
No supo si era amor antes de convertite en ausencia sublimada.
Porque el tiempo es un tanque implacable,
al que hay que acompañar y guiar para que no te arrolle y te paralice,
retejiendo infinitas soledades y silencios estériles.
Por eso te cambió de plano,
al otro lado de su vida,
el del recuerdo.
Allí quedaste.
Dormido en algún sueño.
Ella siguió buscando su Ítaca
L.C.S
Los brazos de la rutina son fuertes.
Por eso regresamos a ellos.
Para estar a salvo.
A salvo.
De sueños imposibles.
De asignaturas pendientes.
De navegar misterios
De poner todo en jaque.
A salvo.
De una riada de esquemas.
De un terremoto de dudas.
De la excepción
Y de la normalidad.
Y te arropan
Y te mecen...
hasta dormirnos.
Alguna vez retaron al sol y se rindieron a las estrellas. Han llorado mares de emociones, y se han perdido ávidos y curiosos en miles de li...