lunes, 22 de enero de 2024

Miedos

 Que viene el coco y se lleva a las niñas que duermen poco...


Despues de la inocencia y del afecto espontáneo de la infancia, vamos heredando una colección de miedos imaginados y reales, 

y los necesarios para nuestra supervivencia.


Desde los aterradores complejos, las dudas y la vergüenza adolescente hasta el vértigo de haber perdido, en un pispás, la juventud.


Miedo a las guerras y a la memoria indigerible de las posguerras.


Miedos inyectados de culpa y obediencia ciega por religiones castigadoras.


Miedo paralizante ante la violencia.


Miedo cuando el óxido avanza y nos rodea la soledad. 


Miedo al dolor y al sufrimiento de los tuyos...,

                  y a la muerte.


Modernos miedos a la IA,  a la ansiedad y a la incertidumbre...

la desconfianza.

La misma que confina, levanta muros y concertinas para evitar al diferente, al intruso, 

y culparlo de todos nuestros males,

y de nuestros miedos. 


Esos que interesa propagar, financiar y mantener.

Nada nuevo en el horizonte.

Sólo que las amenazas disfrazadas se pueden combatir sin terapia, 

cuando descubres que sus peligrosas y alargadas sombras están manipuladas por titiriteros, 

como las sombras chinas, 

     y sólo pesa su cobardía.



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